¡¡¡RICO, RICO!!!

domingo, 19 de diciembre de 2010

¡¡¡¡PIZZA CASERA Y BIEN RICA!!!!



Pizza casera con jamón, morrones y mozzarella.



Éstas imágenes las tomó Mario Marcelo Martínez, mi hijo son sus primeras pizzas caseras. Hizo una con berenjenas salteadas y la otra de mozzarella
¡¡¡Qué tentación!!!


UN GENIO MI CHULITO


Ingredientes para la masa:

1 kilogramo de harina
50 gramos de levadura prensada
1 cucharada de sal fina
1 y media cucharada de aceite
600 cm3 de agua

Ingredientes para la salsa:

1 lata de tomates peritas picados
2 cucharadas de aceite
1 cucharada de orégano
1 ó dos cucharaditas de ají molido
1 cucharadita de sal fina

Ingredientes para cubrir la pizza:

250 a 300 gramos de mozzarella de buena calidad, son suficientes para cubrir una pizza de unos 26 cm. de diámetro.


Preparación:

En un bol colocar la harina y la sal fina, mezclar muy bien (es muy importante mezclar la sal con la harina en seco para que no tenga contacto directo con la levadura).

Formar un hueco en el centro y echar la levadura desgranada, el aceite y el agua (si es época invernal es conveniente que el agua esté tibia, para ayudar el leudado de la masa).

Mezclar todo con una cuchara de madera.

Luego volcar sobre la mesada y comenzar a amasar.

Al principio la masa tiende a pegarse mucho en nuestras manos, mientras la amasamos.

Se puede usar un poquito de harina (tirar espolvoreando la mesada, lo mínimo e indispensable).

Seguir amasando o levantando la masa y dándole golpes contra la mesada hasta que notemos que ya no se pega a las manos y a la mesada. Amasar bollando la masa o golpeándola contra la mesada, no tironear la masa, se debe amasar sin rasgarla.

El bollo de masa debe presentar un aspecto suave y liso. Este proceso de amasado y golpeado puede llevar unos 15 minutos. De ello depende el éxito de nuestra pizza.

Una vez logrado que la masa se vea lisa y esté tiernita, formar un bollo, colocar en un bol, tapar con un film y dejar en un sitio alejado de las corrientes de aire, hasta que duplique su volumen.

Cuando la masa haya crecido bastante (hasta el doble de su volumen original) podremos verificar si está suficientemente levada, probando hundirla con la yema de un dedo, hacemos una leve presión y si la masa vuelve a subir y recobra su forma, significa que ya está a punto.

Ahora desgasificaremos la masa (la apoyamos sobre la mesada y con las yemas de los dedos la apretamos para quitar el gas que se forma al levar) y la dividiremos en cuatro o cinco (esto depende del gusto particular de cada uno, más gruesa o más fina).

Bollamos nuevamente cada una de las porciones de masa y las dejamos levar hasta que notemos que volvió a crecer el doble.

Mientras tanto tomamos los moldes y los untamos con dos cucharadas de aceite, lo esparcimos con un pincel de cocina, en la base y en los laterales internos alrededor del molde.

Cuando el bollo levó lo estiramos con un palo de amasar hasta que llegue al tamaño del molde elegido y colocamos dentro del molde lubricado con aceite.

Tratamos de que la masa ocupe todo el molde, nos ayudamos con las yemas de los dedos para estirar la masa con suavidad.

A veces pasa que la masa se contrae, y se achica, eso nos produce cierta dificultad para logra cubrir el fondo del molde. Si esto llega a suceder, simplemente lo dejas tapado con un film un ratito más y cuando notes que la masa volvió a levar, verás que resulta muy simple estirarla hasta donde deseas.

Una vez lista, colocas sobre la masa el tomate al que le puedes agregar un poquito de sal, orégano, y si te gusta algún otro condimento.

Si te gusta la pizza de cebolla, pelas y cortas una cebolla grande o dos medianas (unos 250/300 gramos) en juliana (son tiritas finitas) o en cuadraditos eso es a gusto de cada uno, le agregas un poquito de sal, orégano y unas dos o tres cucharadas de aceite, lo mezclas todo y la echas sobre la masa en crudo.

Luego dejas que la masa vuelva a levar, cuando notas que está gordita, que creció, que al hundirla suavemente con un dedo en uno de sus bordes, vuelve a subir es que ya está lista para hornear.

La llevas a un horno a temperatura media y esperas unos minutos hasta que se cocine.

Sabrás que la masa está cocida cuando tomas el molde del horno (con un repasador, para no quemarte) y lo mueves de atrás para adelante, notarás que se despega del fondo, que se mueve, eso te dará la pauta de que está lista, puede tardar unos pocos minutos (cinco a siete) depende del calor del horno.

Espero que te salga rica y te cuento que cuando era recién casada varias veces intenté hacer pizza y no me salía como yo esperaba. Varias veces tiré todo a la basura, me sentía frustrada pero eso no me quitó las ganas de seguir intentádolo.

Es cuestión de práctica, cuando más veces lo haces mejor te saldrá.

Una pizza lleva entre 250 y 300 gramos de mozzarella.